Llega un día en la vida de ciertos futbolistas en el que sus piernas se rebelan, se insubordinan a la pelota y a la vida. Si ellas pudieran gritar, gritarían que no más, que se cansaron, que envejecieron, que se enfermaron, que ya no sirven ni para andar, o no como antes. Le pasó a Diego Maradona y ahora a Pelé, dos leyendas que tocaron el cielo con las piernas, cuando estas eran veloces, potentes...