EE. UU. suele ser un país de tradiciones. Una de ellas es que el presidente de turno no critica a su antecesor, y viceversa. Pero en tiempos de Donald Trump nada es más lejano de la realidad.

Trump, de hecho, ha convertido al expresidente Barack Obama en una pera de boxeo a la que pega de manera rutinaria, y ha dejado claro que pretende convertirlo en eje de su campaña de reelección. Y el afroestadounidense...