Una realidad extraña, que acumula interrogantes, pero a la que hay que adaptarse sobre la marcha. El 16 de mayo, cuando los amantes del fútbol sintonizaron la Bundesliga, uno de los torneos más representativos del balompié europeo y el primero en retornar tras la para obligatoria por la pandemia del nuevo coronavirus, se estrellaron con un mundo atípico: estadios sin público, jugadores sin abrazarse...