Aunque no fue registrado como técnico, sino como asesor, Ignacio Trelles dejo su granito de arena en la frontera. Fue en la temporada 1992-1993, cuando el mítico entrenador llegó a Ciudad Juárez en busca de darle solidez al proyecto de Cobras.
"Me tocó a mí contratarlo, en un gran esfuerzo por continuar el proyecto de Cobras; decidí traerlo porque sabía de su gran experiencia, su liderazgo y el vasto conocimiento que tenía tanto a nivel de clubes como en Selección Mexicana", comentó Alejandra De la Vega al departamento de prensa de Bravos.
De la Vega señaló que siempre había algo que aprender de 'Don Nacho'. "Ya integrado a Cobras, desde las primeras pláticas notabas su carisma, su calidad, primero como ser humano y después el gran profesionalismo que ponía en cada charla, en cada entrenamiento; siempre se preocupaba por cómo estaba el jugador en lo personal. Lo recuerdo con mucho cariño", agregó.
Por su parte, Rubén Chávez, quien fungía como Director Administrativo de Cobras, contó experiencias con el emblema del futbol mexicano. "Recuerdo que me pidió que le comprara un megáfono para poder dar indicaciones durante las prácticas, ya que batallaba con levantar su voz. El megáfono que le compre tenia también la capacidad de emitir ciertos sonidos con un botón; estos sonidos eran semejantes al sonido de las ambulancias, y recuerdo que durante las prácticas le picaba al botón solo de broma y cuando yo volteaba a verlo me veía y se sonreía", agregó.
Por su parte Manuel del Castillo, quien fue el encargado de prensa del Club Cobras, comentó como fue que llegó a la frontera: "Llegó grande de edad, era una persona muy inteligente. Cuando se le contrata se acuerda con él que no quede registrado como DT, sino como asesor, aunque en realidad dirigía entrenamientos, formaba la alienación y daba las charlas. Él decide que como auxiliar aparezca Joaquín Mendoza, que le dio el ascenso a Cobras a Primera División".
Y reconoció que batalló con el frío de la ciudad: "Batallaba mucho con los climas, con el frío de Ciudad Juárez, en aquella época era muy crudo el invierno. Él dirigía los entrenamientos desde las alturas, desde las cabinas de transmisión de radio; por radio daba las instrucciones y se realizaban los entrenamientos. Veía a los jugadores como sus hijos, platicaba con ellos".