Guardo intactos en mi memoria los paisajes en los que reinaron los hombres que empuñaron las armas para imponer sus ideas. Esos atardeceres de brochazos naranja, rojos, violeta, y en la distancia la silueta de un jinete a caballo con su sombrero vueltiao arriando el ganado en las sabanas de Córdoba; ese olor a selva virgen con una sinfonía de animales y el murmullo de las quebradas en el Caquetá con...